Aceite de almendras dulces


El aceite de almendra, extraído por presión de la semilla, se ha utilizado desde hace milenios para mejorar la apariencia y el estado general de la piel, especialmente en casos de sequedad, deshidratación o escamación.
Rico en vitaminas A y E., proteínas, sales minerales y ácidos grados, el aceite de almendras es muy nutritivo y apto para todo tipo de piel, especialmente para las más sensibles y secas.

Propiedades y aplicaciones

El aceite de almendras proporciona elasticidad a la piel, dejándola hidratada, nutrida y suave. Es muy utilizado por sus propiedades emolientes y antiinflamatorias, y por su capacidad para suavizar la piel sin obstruir los poros.
Lubrica y protege la piel desgastada o escamosa, y es muy adecuado para problemas de irritación y alergia ya que produce efectos calmantes.
Previene y repara estrías y arrugas, y es óptimo para aplicar en pieles muy sensibles como la de los bebés.
Aplicado en el cabello seco y quebradizo, produce efectos reconstituyentes.
NORMALIZA LA PIEL GRASA
Emoliente y Suavizante: ayuda a relajar y desinflamar los tejidos
Calmante: Mitiga el dolor
Cicatrizante: Es un regenerador natural, que estimula la producción de colágeno y elastina. Su alto contenido de Vitaminas A y E, le convierten en un aliado estupendo para la piel.
Hidratante, tiene la capacidad de restablecer el grado de humedad normal en la piel, es un favorito en los tratamiento dermatológicos.
Sus maravillosas propiedades, antioxidantes, le hacen un aliado perfecto en Cosmetología Facial, Capilar y Corporal, para combatir el envejecimiento cutáneo, las cicatrices, la resequedad de la piel, agrietamiento, estrías, flaccidez, resequedad del cabello y el cuero cabelludo, etc.
Otras aplicaciones: como parte del tratamiento para tratar quemaduras superficiales, dermatitis, psoriasis, etc.

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